Columna de Opinión: Las excusas de Diego Paco.
Publicado el: 10 septiembre 2025

Por Jorge Díaz Ibarra, abogado. 

Primer Gobernador Regional de Arica y Parinacota.

Una vez más, el gobernador regional recurre a la desinformación y al rol de víctima para esconder lo que realmente está ocurriendo en nuestra región. He escuchado con atención las declaraciones de su instagram del actual gobernador Diego Paco, (@diegopacom) quien insiste en afirmar que la rebaja presupuestaria del 2026 es un “castigo” por la ejecución del 2024. Quiero ser claro: esa explicación es falsa y contradice la evidencia.

Paco habla de castigo, pero no mira su propia gestión.

El gobernador acusa al 2024 de ser el año de la “peor ejecución del país” con un 81,4%. Pero lo que no dice es que a julio del 2025, bajo su gestión, la ejecución era apenas del 44,6%, cifra incluso inferior al 46% que yo logré en la misma fecha del 2024.

Es decir, Paco critica lo que él mismo hace peor. ¿Con qué cara puede hablar de “castigos” si su propio desempeño ha sido igual o más bajo?

El ejemplo de Tarapacá.

La región vecina de Tarapacá deja en evidencia lo insostenible de su discurso: Partió el 2024 con M$66.586.537, y terminó el año con solo M$35.212.680, casi la mitad del presupuesto inicial. Gracias a esa drástica rebaja, cerró con una ejecución del 95,4%.

Y en vez de recibir un castigo, en 2025 aumentó sus recursos en M$19 millones y para 2026 tendrá un incremento del 2,2%.

Si el criterio fuera la ejecución, ¿Cómo se explica que una región que terminó con la mitad de su presupuesto inicial y una ejecución cercana al 100% reciba más fondos, mientras Arica sufre un recorte del -5,8%? La respuesta es simple: el recorte no tiene nada que ver con lo que Paco dice y se pueden encontrar ejemplos distintos que no guardan relación con el argumento del actual gobernador.

La desinformación.

Lo más grave de todo no es solo la mentira en sí, sino lo que representa. La desinformación no es un simple error ni una mala práctica: es un veneno que corroe la democracia y destruye la confianza de la ciudadanía en sus autoridades. Cuando un gobernador manipula las cifras, instala relatos falsos o inventa enemigos externos, lo que está haciendo es debilitar las instituciones y generar desconfianza en la política.

La gente de Arica y Parinacota merece transparencia, no discursos calculados para esconder las propias falencias. Merece datos claros, no excusas que buscan confundir. Porque cuando la desinformación se convierte en método de gobierno, lo que se pone en riesgo no es solo un presupuesto anual, sino la credibilidad de toda la institucionalidad regional.

El  castigo

El único castigo real que sufre nuestra región hoy es tener un gobernador que, en vez de dar la cara con datos y defender los recursos, prefiere inventar excusas y culpar al pasado para encubrir su propia falta de gestión.

Arica y Parinacota no necesita un gobernador que nos diga que “cada peso cuenta” mientras repite explicaciones que no cuadran con la realidad. Lo que necesita es alguien que asuma responsabilidades, que trabaje con rigor y que entienda que gobernar es rendir cuentas, no inventar culpables.

No podemos normalizar la mentira

Quiero hacer un llamado claro: no podemos permitir que la desinformación y la mentira se normalicen en el debate político. Si aceptamos que un gobernador use sin pudor discursos falsos para justificar su propia gestión, mañana cualquier autoridad podrá manipular la verdad como si nada. Y cuando eso ocurra, ya no solo estará en juego un presupuesto, sino la esencia misma de la democracia.

Mi mayor temor es que la ciudadanía termine resignándose a que se mienta desde el poder como algo normal. Si dejamos pasar esto, perdemos mucho más que recursos: perdemos la confianza en las instituciones, perdemos la capacidad de exigir cuentas, y lo peor, perdemos la esperanza en que la política sirva para mejorar la vida de las personas.

Por eso digo, con toda claridad: Arica y Parinacota no merece desinformación ni excusas, merece verdad, transparencia y responsabilidad. Y yo no voy a dejar que se normalice lo contrario.

Fuente: El Morrocotudo

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